martes, 1 de noviembre de 2011

1 DE NOVIEMBRE JUNTO AL MONUMENTO A LA MEMORIA. ALCUBLAS.

VÍSPERA DEL 1 DE NOVIEMBRE JUNTO AL MONUMENTO A LA MEMORIA. ALCUBLAS.


Siempre se dice que el día de Todos Santos es una fecha para recordar a los que ya no están y se sea creyente o no, la inercia y el ambiente te hacen recordar.
Yo no soy amigo de cementerios, prefiero recordar a los que no están sentado frente al monte o en la playa mirando las olas, pero reconozco que este año, cuando fui al cementerio con mi familia, no pude evitar una sensación diferente, que ayudaba a recordar con serenidad, una serenidad no exenta de belleza.
Y es que como dice la escultura que está frente al cementerio de Alcublas, "Memoro ergo sunt" (recuerdo, luego existo), y la sola presencia de esa escultura con flores frescas a sus pies me indicaba que el ejercicio de recordar es necesario y útil.
Este año el cementerio de Alcublas estaba más hermoso que otros años y recordar era menos doloroso.
La puesta de sol quiso ser también serenidad, belleza y memoria.

martes, 26 de julio de 2011

MIGUEL PEÑARROCHA


Siempre que llego a Alcublas y enciendo la televisión, me parece que de un momento a otro va a aparecer en la emisora local Miguel con su vozarrón y su hablar despreocupado, para explicar cómo era una bodega de las Veinticuatro o cómo se construía un arco de un corral de ganado, me da la impresión de que va a asomarse con sus charlas improvisadas pero siempre vivaces, a contarnos algúna anécdota de las que le contaban los mayores o de las que le ocurrieron en su juventud.

Vehemente, apasionado y a veces demasiado obstinado, Miguel nos tenía acostumbrados a su presencia siempre dinámica en la vida alcublana. Él, que como tantos otros alcublanos y alcublanas, tuvo que dejar el pueblo de joven, siempre tuvo en su cabeza el pueblo que le vió nacer y lo llevó consigo por muy lejos que le llevasen sus viajes, y sobretodo no dudó nunca en comprometerse y trabajar para mejorar la localidad y la vida de sus paisanos, trabajando por ellos desde la asociación de jubilados y desde cualquier lugar.

Admirador de sus raices y apasionado de los suyos, Miguel siempre intentó trasmitir a los demás ese sentimiento y escribió muchas notas sobre vivencias y sobre Alcublas, y yo tuve la fortuna de que quisiera compartir una parte de todo ello conmigo: en los últimos meses de su vida mantuvimos algunos encuentros amistosos en su casa, en la mía o en Alcublas al aire libre, y de ellos guardo algunas notas y algunas grabaciones; poco antes de Navidad estuvimos hablando para intentar quedar y charlar un rato, pero mis obligaciones y algunos acontecimientos familiares impidieron que nos reuniésemos.

Después del homenaje que le han rendido sus compañeros y compañeras de la asociación de jubilados y pensionistas, por fín he decidido no tirar a la papelera lo escrito, como en las otras tres o cuatro veces precedentes, y sumarme a ese homenaje merecido.

Quedaron entre Miguel  y yo muchas reuniones pendientes para que me siguiese contando historias, para que me enseñara sus poemas y sobretodo para que me siguiera transmitiendo ese optimismo y esa fuerza vital que poseía. Yo, a pesar de la tristeza por su pérdida, he decidido quedarme con el recuerdo de ese enorme amor por su familia y su pueblo, de esa enorme vitalidad que transmitía al hablar y actuar, una fuerza que nos debe recordar todos los días que la vida es para vivirla así, casí que avariciosamente, y que lo que cuentan son los sentimientos, lo demás es solo un juego.

Ese es mi recuerdo de Miguel.

domingo, 15 de mayo de 2011

ME GUSTAN LOS CARTELES ELECTORALES (VOTA LO KE KIERAS)

ME GUSTAN LOS CARTELES ELECTORALES

En la democracia hay muchas cosas que no me gustan porque los ciudadanos somos comodones y “nos dejamos hacer“, de manera que el sistema acaba un tanto deformado por el uso y de tanto en tanto se requiere renovarlo para que siga siendo válido. Probablemente nos encontremos en uno de esos momentos en los que se hace necesaria una renovación de los esquemas de funcionamiento de los partidos políticos, y también de los esquemas ideológicos. La democracia sigue siendo válida, los inválidos somos normalmente los demócratas, incapaces de gestionarla correctamente.

Dicho esto, y ya que estamos en plena campaña electoral, quiero comentaros qué es lo que me gusta de unas elecciones: me gustan los carteles electorales. Tan grandes, limpios, directos… ¡Tan por todas partes!

Probablemente sea de las pocas cosas que me gustan en las campañas electorales, tan llenas de medias verdades como de medias mentiras, a ratos tan llenas de insultos como faltas de ideas.

Y es que lo del “tuiter” y el “faisbuk” no me termina de convencer, me parecen artimañas sin contenido que no conducen a nada – me imagino a Rita pinchando el “Me gusta” de un mensaje y al ratito pinchando el “Ya no me gusta”, pero qué queréis que os diga, de ahí a aceptar una solicitud de amistad…-. Tampoco me creo a Alarte contando su carrera electoral en el “tuiter”: “Hoy nos vamos a Xátiva a un mitin en la plaza de toros; lo cierto es que no me apetece nada viajar en tren…”. Que no, que no, que no me lo trago.


También me gustan las fotos de mítines que salen en los periódicos: la labor de esos periodistas que cubren los eventos durante las elecciones no está pagada, ¡tener que tragarse semejantes tostones! Y sobretodo no están pagados los fotógrafos, siempre atentos al detalle secundario, a ese político que bosteza en segunda fila, a los que se cuentan al oído “escuchitas” mientras se ríen por “lo bajini” justo en el momento en el que el orador está lanzando su mensaje más apocalíptico… O al joven del semicírculo que rodea al candidato en el escenario y que, presa de un picor irresistible y de un tedio galopante, no puede evitar hurgarse enérgicamente la nariz o el oído, a ese gesto fuera de lugar del orador de turno…

Me gustan esas fotos de los candidatos que parecen agarrarse al atril para no saltar sobre el auditorio presas del fervor del momento;

o esas otras en las que gesticulan exageradamente, con mucha más fuerza que la de su mensaje electoral (Sobre los gestos tengo muchas teorías, porque el lenguaje gestual es muy rico y variado, lleno de significantes y significados: me gustan los candidatos que al extender las manos hacia el público lo hacen acotando el espacio entre los brazos, como queriendo concretar lo que dicen, o aquellos que lo hacen con las palmas de las manos hacia arriba, con los pulgares separados y el resto de los dedos pegados, como ofreciéndose con sinceridad al público. Nada que ver con aquellos que gesticulan con ambas manos en alto, con las palmas hacia sí mismos y con todos los dedos extendidos, como diciendo “to lo arreplego, tó pa mí, tó pa mí”).

Pero bueno, los carteles… ¡los carteles son otra cosa! Con sus frases sencillas y sonoras, paradigma de la concisión del mensaje político, con sus enormes caras sonrientes a todo color, con sus enormes “logos”,… Sí, decididamente me gustan. Y probablemente elija mi voto en función del cartel electoral que más me guste, por sentido puramente estético: aquel de composición más equilibrada, o colorido más armonioso, o aquel en el que la mirada del candidato diga lo mismo que su sonrisa (sí, ya sé que esto último es bastante difícil de encontrar…).

De momento ya he comenzado a coleccionar carteles, por si me decido por esta opción, pero cualquier otra es igualmente válida: el estilo del peinado, el atuendo de los candidatos, el número de vocales de su nombre de pila…

Hasta la “Jornada de reflexión” no tomaré mi decisión final, para muchas cosas soy así de indeciso. Pero otras sí que las tengo muy claras: el derecho al voto hay que ejercerlo, sólo falta que encima dejemos que los políticos hagan y deshagan a su antojo, por lo menos que sepan que los votos se los han de ganar de alguna forma.

Por eso el día 22 iré a votar, porque la única forma de mejorar es no dándonos por vencidos.

sábado, 30 de abril de 2011

GRACIAS A TOD@S L@S QUE LO HAN HECHO POSIBLE



Porque hacer un trabajo como el que se presenta en este libro no es fácil, y publicarlo tampoco.

La realidad es que un trabajo que a priori parecía sencillo fue adquiriendo mayor complejidad, tanto en sus planteamientos como en las tareas de documentación y en el trabajo de campo, de tal manera que no hubiese sido posible concluirlo de la forma en que lo hemos hecho de no haber contado con la ayuda desinteresada de muchas personas. A pesar de lo difícil que resulta nombrarlas a todas, vamos a intentarlo pidiendo de antemano disculpas por los posibles olvidos que podamos tener:

En primer lugar queremos dar las gracias al Ayuntamiento de Alcublas y muy especialmente a su alcalde Manuel Civera, quien desde el primer momento puso toda su confianza en nosotros y nos dio todo tipo de facilidades para realizar el estudio; sin él tenemos muy claro que no se habría hecho. Igualmente queremos agradecer a la Diputación de Valencia su buena predisposición para hacer suyas las necesidades culturales de todos los valencianos.

En segundo lugar queremos dar las gracias a la Asociación Cultural Las Alcublas, que nos ha prestado sus fichas sobre caleras y ventisqueros, y sin cuyo apoyo hubiese sido imposible realizar un trabajo de campo tan amplio para los apartados sobre la arquitectura del agua y la arquitectura rural. Gracias a Miguel Giménez, Abel Chiva, Serafín Martínez, Charo y Margarita Alcaide, J. Rafael Casaña, y gracias a Begoña Llorens, Joan Blanco y Alicia Garrigó por sus aportaciones. Especialmente valiosa ha sido la ayuda de Jorge Martínez Alcaide en el trabajo de campo del apartado sobre arquitectura del agua.

También reconocer la valiosa ayuda de los amigos y familiares que nos han prestado sus recuerdos y las fotografías antiguas de sus archivos particulares que hemos usado en el apartado sobre el agua: gracias a Joaquín Cabanes Lázaro, Manuel Santolaria Civera, Encarna Verdés Domingo, Rosario Verdés Domingo, Carmen García Lázaro, Asunción Lázaro Gabarda, Juan Manuel Domingo Mañes, Teresa Mañes Herrero, Manuel Navarrete Silvestre, José Vte. Ponz, Eliseo Martínez y Cristina Escrivá.

En el apartado dedicado al Paraje Natural Municipal de La Solana- Barranco Lucía, queremos dar las gracias expresamente a Vicente Sancho Alcayde, Coordinador del Proyecto Life Anfibios, por su amable aportación del material fotográfico de los anfibios que habitan el Paraje; a Eva Barreno Rodríguez, Catedrática de Botánica de la Universitat de València, por su ayuda en la identificación de las especies de líquenes del Paraje; a mis amigos alcublanos, Miguel Romero Gálvez y José Cerverón Alcaide, por compartir conmigo sus recuerdos sobre el Paraje, y muy especialmente a mi padre, Raimundo Santolaria, por ayudarme a descubrir por primera vez los rincones del Paraje a través de sus sendas.

Este libro lo firmamos tres autores, pero en él está plasmado el trabajo y el cariño de muchas más personas: a todas ellas nuestro más sincero agradecimiento.

                                                                                                                        Gracias.

martes, 8 de febrero de 2011

NO ERA ESTO A LO QUE ME REFERÍA, PERO...


... pero menos da una piedra.

Estas navidades pedía en este mismo blog la LIBERTAD para SANTA KLAUS, y como era de esperar nadie me hizo caso. Acabaron las fiestas, y aunque el 10 de enero la mayoría de familias habían cambiado el balcón por la caja de cartón como método de tortura para Papá Noël, lo cierto es que hasta la última semana de enero pude ver algunos papanoeles colgados en balcones, abandonados a su suerte.
Sin embargo la primera semana de febrero pude ver cómo un vecino de Alboraia decidió que su muñeco no iba a estar encerrado, sino que iba a estar al aire libre.



Inmovilizado, eso sí, que al fin y al cabo es un muñeco, pero no en una posición penosa, sino saludando al sol del mediodía, rodeado de pajaritos y, las cosas como son: haciendo algo de provecho, porque lo de colgado...

Feliz AÑO NUEVO, Papá Noël, que disfrutes de tu huerta... ¿hasta las navidades que viene?


(HOMENAJE A QUIENES MANTIENEN VIVA L´HORTA)